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La mirada de Superflicka

¡hombres!

And just when you mean to tell her that you have no love to give her...

And just when you mean to tell her that you have no love to give her...

El amor ha fascinado a la humanidad. Dos personas se conocen y se enamoran. El amor "surge" (uno no hace nada para padecerlo, simplemente ocurre); el amor nos hace olvidadizos, obsesivos, vulnerables, inseguros, celosos, acelera nuestro pulso, nos puede sumir en la depresión o en la euforia. La experiencia del amor se vive como algo irracional, predestinado ; deforma la realidad, no obedece a las leyes de la razón y la objetividad. [...]

Es cierto que el amor se apoya sobre dos cimientos que también conforman las enfermedades psicológicas: los recuerdos inconscientes y los mecanismos de defensa. Enamorarse depende en gran medida de nuestras experiencias y de aprendizajes pasados. En este sentido tiene connotaciones de transferencia del pasado. Muchos psicólogos ven en él un retorno a la infancia [..].

Ante un estímulo externo (una mujer muy gapa e inteligente, o un hombre esbelto e inteligente), la parte primoradial del cerebro activa una sensación de bienestar. Para que esa sensación se transforme en un sentimiento de amor o una emoción de felicidad hace falta que el pensamiento se ponga a hurgar en la memoria, en busca de datos o recuerdos similares. [...] Si la mente no encuentra en la memoria nada nada que pueda compararse al estímulo externo en belleza, sentimientos o capacidad de amar, entonces nace el amor. [...]

"Esa mirada fulminante. ¿Hay rastro de ella en la memoria? Nada que pueda comparársele".

"Ese olor que me embriaga. ¿Hay rastro de él en la memoria? Nunca hubo nada parecido".

"Esa blancura de dientes. ¿Hay rastro de ella en la memoria? Jamás he visto algo así". [...]

"Salta a la vista su capacidad de amar infinita. ¿Hay rastro de ella en la memoria? Nunca he sentido nada igual".

Así nace el amor [...]. Sin memoria no existiría. Si prolongamos este proceso mental hasta sus consecuencias últimas, resulta que son casi alucinantes.Por una parte, se está sugiriendo que la experiencia amorosa más reciente debe superar siempre el umbral de profundidad y complejidad alcanzado por las anteriores. Como ocurre con las drogas, cada vez se requieren dosis mayores para colmar elsíndrome de abstinencia.

Eduard Punset - El Viaje al Amor

 

The Pipettes - Because It's Not Love (But It's Still A Feeling)

Libre al fin

El viernes por la mañana, entre las 11.27 y las 11.32, corté definitivamente con el causante (al menos en parte) de artículos como éste y de mayores desgracias de las que no hay constancia en esta bitácora (pero que no se me olvidan). Es un hecho relevante en mi vida, porque puedes cortar con una persona muchas veces (tres, por ejemplo) y aun así en tu cabeza no cambia nada y todo sigue igual y al poco ya vuelves a las andadas. Pero el jueves a las 8.17 de la tarde una voz interior me dijo:

- "Qué cansino es este chico. ¿Y si pasamos de él?"

No sé si a alguien más le pasa esto de las voces interiores. Yo en concreto tengo dos. Una es una borde y siempre se está metiendo conmigo; me dice cosas como:

- "Qué fea eres, y encima estás gorda, eres una resabida, pero que estupideces dices, a ver cuando aprendes a estarte callada"

Luego tengo otra a la que escucho menos a menudo; además habla más bajito que la otra y a veces tengo la intuición de que intenta decirme algo pero no la oigo bien. Generalmente me da unos consejos tremendos; una vez me dijo:

- "¿Y si jugases a la lotería de navidad?"

Y ¡zas! jugué por primera vez en la vida y me tocaron cien euros (esto es verídico).

El caso es que cuando el jueves a las 8.17 de la tarde me habló mi voz interior, algo hizo ¡click! en mi cabeza, y fue como si mi cabeza hasta ese momento hubiese sido una habitación desordenada y mi voz interior (que yo me imagino como un enano blanco y peludo con gafas) lo ordenase todo a la velocidad del rayo y de repente todo cobrase sentido. Así que contesté:

- "Pues qué razón tienes; voy a pasar de él de una vez" (pensé que lo había dicho interiormente para mi voz interior, pero el tío que se sentaba a mi lado en el bus se volvió y me miró fijamente, así que no estoy segura).

Esa noche dormí como un angelito. Cuando el chico/individuo/ex/mamífero/vertebrado a quien se refiere todo esto esto me llamó el viernes a las 11.25 de la mañana (quería que le acompañase a una fiesta y le dije que me lo pensaría), no le cogí el teléfono. Esperé a que dejase de sonar y luego le mandé el siguiente sms (leedlo con atención porque emplée toda mi capacidad de condensación y resumen en él; si Augusto Monterroso lo leyera seguro que me felicitaría):

"Hola.

No quiero volver a salir contigo.

Ya me contará [nombre de amiga común] qué tal en la fiesta.

Te deseo suerte.

Adiós"

Me resbala que sea poco diplomático cortar por sms; todo lo que tenía que decir cabía en 100 caracteres y no iba a gastar saliva en ello (aviso a incautos: no éramos pareja y llevábamos un tiempo sin vernos).

Creo que al mamífero en cuestión le quedó bastante claro porque ni me contestó, ni he vuelto a tener noticias suyas, así que me siento orgullosa de mí misma. En todo caso todo esto no iba tanto de él, como de mí: de que mi cabeza vuelve a estar amueblada y las nieblas de melancolía se han disipado (qué bunico). Más aún: después de llevar un tiempo de soltería oficial, finalmente vuelvo a ser soltera también mentalmente. Ayer, sin ir más lejos, en la clase de ruso, hice un barrido con la mirada y pensé:

- "¡Pero qué chicos más guapos hay en mi clase! ¿Cómo no me di cuenta antes?"

Así que en honor a los chicos guapos de mi clase de ruso, y a mi recién recobrado buen humor, os dejo con un vídeo de DDT, un grupo de rock de San Petersburgo que para mí no le envidia nada a muchas basurillas que triunfan en el mundo. La canción es un homenaje al Boss y se titula "Born in the USSR".

Pensamiento profundo

Me llaman la atención los chicos que no se quitan las gafas para enrollarse con una chica.

Yo misma soy miope y entiendo que mola más ver que no ver. Pero si luego se les ponen los ojos en blanco y ya no ven nada, digo yo: ¿para qué quieren las gafas?

(Sí: estoy con trancazo; y sí: llevo encima un chute de 800 gramos de ibuprofeno. ¿Se me nota?)

Posibilidades

¿Qué posibilidades hay...

... de que un hombre que lleva un anillo en el dedo anular de la mano izquierda no esté casado? ¿Y si el anillo, en lugar de ser una alianza tradicional, es en plan sello?

... de que una camarera novata se ligue al encargado? ¿Y si se pone minifalda?

... de que dos personas que no hablan el mismo idioma acaben juntas?

... de que el encargado deje a su mujer por la camarera? ¿Y si es en Suecia, donde el 50% de los matrimonios se rompen?

... de que la camarera no haga el ridículo intentando ligarse al encargado?

Los rubios de mi vida

A lo largo de mi vida he tenido ciertos encuentros a lo Antes del Amanecer, sólo que más inocentes y a menudo más breves. Siempre me he preguntado qué fue de aquellos chicos, que tenían en común ser rubios (los rubios, por lo general, no son mi tipo... A lo mejor por eso no les di mi teléfono).

Cuando tenía 15 años mis padres me enviaron a uno de esos cursos en Irlanda que todos hemos hecho alguna vez. Había un chico (rubio) muy simpático del que todo el mundo decía que iba a por mí (era lo que decíamos entonces; el lenguaje también evoluciona). Yo no le hice mucho caso, hasta el último día. Nos fuimos a dar un paseo por los jardines de la escuela y me contó que era de Valencia, que se llamaba Álvaro y que de mayor quería ser piloto (Álvaro, si lees esto, que sepas que aún te recuerdo). Prometimos sentarnos juntos en el vuelo de vuelta para seguir hablando, y que en aeropuerto intercambiaríamos los datos. Lástima que él volara a Barcelona y yo a Madrid... Nunca más volví a saber de él.

El verano pasado, en San Petersburgo, tuve una tórrida relación de cuatro días con un chico francés que era guapo hasta extremos indecibles... Y que cuando le propuse irme a Lyon con él (ya digo que la relación alcanzó cotas de romanticismo bastante altas) me contó que a su novia no le gustaría. Así que, herida en mi amor propio, el último día en San Petersburgo me fui con un chico alemán de mi clase a visitar los jardines de Pavlóvsk (el lugar más idílico de la tierra, sin duda). El chico (rubio, claro está) se llamaba Dobbs (creo... o algo similar) y era de Hamburgo. Fue un día maravilloso; rodeados de naturaleza y palacios de cuento de hadas... Yo me pegué un hostiazo contra un pino enorme, lo cual fue motivo de risas el resto del día. Nos contamos nuestras vidas en verso y prosa, y cuando empezó a anochecer enfilamos de vuelta a la residencia. Yo sabía que Dobbs querría pedirme mi mail o algo similar, pero, escarmentada por mi experiencia con el chico francés, esquivé el tema hasta bajarme de la marshurtka, y me despidé con un simple "hasta luego". Me arrepentí en cuanto me volví y vi su cara de sorpresa... Seguramente no me hubiera costado nada ir a verle a Hamburgo alguna vez.

Hoy he hecho un pequeño trabajito para una compañía de cruceros en la que necesitaban intérpretes. He conocido a un rubio super majo que hablaba francés y español. Cuando le he dicho que mi experiencia con los suecos hasta el momento no era muy buena, Pontus me ha apuntado su número en un papel y me ha dicho que le llame, que él no es un sueco como los otros. Yo tenía un perro que se llamaba Pontus, pero aun así el chico me ha caído bien y he decidido llamarle pase lo que pase, porque para un sueco majo que me encuentro... El problema, el único problema, es que no tengo ni idea de dónde he metido el papelito con su número.

Así que me temo que Pontus pasa a ser uno más de los rubios de mi vida...: breve, pero intenso ;)

Técnicas de seducción

Tras los desastrosos hechos que provocaron mi post de ayer, me puse a reflexionar sobre la forma en que las personas se seducen unas a otras. Así, en líneas generales, yo he observado (en mí misma o en mis amigas) los siguientes métodos para cazar a tu hombre (desconozco los métodos masculinos, pero dudo que puedan ser muy diferentes... Al final somos todos muy simplones):

MÉTODO "ACOSO Y DERRIBO": el más sencillo y (en mi opinión) el menos recomendable. Básicamente, te dedicas a perseguir a tu príncipe azul dondequiera que vaya, discoteca por discoteca; incluso las más constantes le siguen al trabajo o a las clases. Pude tener resultados nefastos al principio; en una ocasión un chico que se vio sometido a semejante persecución le dijo a mi amiga: "Joé tía, te tengo hasta en la sopa...". Pero no hay que desesperar; ella no varió ni un ápice su comportamiento, y dos años después el acabó por rendirse y finalmente se enrollaron. Si es que la paciencia es la madre de la ciencia.

MÉTODO "MOSQUITA MUERTA": ése que practicaban nuestras madres de toda la vida. Consistente en lanzar elocuentes miradas al objeto de tus amores, pero sin acercarte. Que se acerque él, que para eso es el hombre. Muy recomendable para tímidas. Las más tímidas incluso pueden llegar a hacerse las estrechas cuando el hombre se acerque. Yo nunca lo he practicado con éxito, pero tal vez en la reuniones del Opus funcione (dicen que sí).

MÉTODO "EL CAFÉ ESPESO": el más simple y (por experiencia lo sé) el menos eficaz. Te acercas y le dices: "Mira, me molas un montón. ¿Crees que tengo alguna posibilidad contigo?". La mayoria de los hombres se acojonan cuando una es tan directa. Además, si llegas a utilizar este método, suele ser porque todos los demás te fallaron; con lo cual puedes intuir tú misma la respuesta. Yo siempre digo: está bien probarlo una vez porque en la vida hay que probarlo todo, pero no merece la pena repetir.

MÉTODO "GUERRA DE GUERRILLAS": es una hábil combinación de los anteriores. Como su nombre indica, consiste en lanzar un ataque fugaz seguido de una más rápida retirada. Suele ir acompañado de expresiones tipo: "Yo ya le he dado pie, ahora le toca a él". Claro que si el chico es un poco paradote hay que insistir varias veces.

MÉTODO "CORREVEIDILE": aquél que tan bien les fue a Calisto y Melibea. Es un clásico; mucha gente lo desdeña por considerarlo infantil, pero por lo general es muy efectivo. Coges al amigo común y le conviertes en mensajero. Si tu Calisto está interesado, te enviará al mensajero de vuelta. Si no, te libras de pasar el sofocón tú sola (porque el mensajero suele siempre darte todo su apoyo).

Ay, esos jardines...

Ay, esos jardines...

... En los que suelo meterme (y luego no hay quien me saque).

Tal vez soy más descarada que la mayoría de las personas en lo que a las relaciones humanas se refiere. Eso no quiere decir que sea más hábil, sino, más bien, que tengo una sobrehumana capacidad de reponerme a los fracasos (acumulo muchos más que la mayoría de las personas, también). Ciertos conocidos, a este carácter mío, lo llaman "vivir en el país de las fresas"... Y aunque me enfada, a veces les tengo que dar la razón.

Voy por la vida contándole al mundo mis intimidades y diciendo lo que pienso. Me acerco al chico que me gusta, y sin saber siquiera si está interesado en mí o si ya tiene a otra, le suelto:

- "Por nada del mundo me pierdo yo pasar un rato contigo. El tiempo que estamos juntos se me pasa siempre volando"

La reacción del chico ante esta muestra de devoción es, lógicamente, desparecer un par de meses... "a ver si se me olvida esa idea rara de enamorarme, y volvemos a ser amigos". Pero como tengo memoria de pez, nunca aprendo. Carezco por completo de capacidad de aprendizaje. Y siempre vuelvo a por más.

Y así, me paso la vida metida en jardines... Menos mal que la gente es buena y no se aprovecha, que si no...

AUDIO: Leonard Bernstein - "I feel pretty"