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La mirada de Superflicka

¿Sólo me pasa a mí?

El otro día salí a montar con mi madre y una amiga que se dedica a cuidar caballos. No sé si alguien que me lea monta habitualmente, pero para el que no sepa diré que el mecanismo es muy sencillo: si quieres que el caballo vaya a la derecha le das con el talón derecho; si quieres que vaya a la izquierda le das con el talón izquierdo; y siquieres que vaya hacia adelante le das con ambos talones.

El caso es que esta amiga me ofreció montar a la mujeriega. La mujeriega es una silla que tiene este aspecto:

 

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Se usaba antiguamente (hasta hace bien poco, en realidad) porque estaba mal visto que una mujer se abriese de piernas en público. Así que con una silla como esta la amazona podía colocar ambas piernas sobre el flanco izquierdo del animal; dejando una inutilizada, claro, pero eso yo lo descubrí luego.

A mí me hizo mucha ilusión poder montar a la mujeriega porque siempre me he considerado una señorita que debería montar en picadero, y no por la nava entre las vacas (he de decir que una vez participé en un concurso de saltos en un picadero y todos quedaron admirados y dijeron que las chicas de pueblo somos mejores amazonas... Si es que tengo aquí un talento desperdiciado). Así que ensillé a la yegua que monto habitualmente, la Camansa (que no es mía pero yo finjo que sí), monté y le di con ambos talones para que empezase a trotar.

La Camansa, como recibió un golpe sólo en el flanco izquierdo (a causa de la dichosa mujeriega), giró hacia la izquierda. Yo me contrarié y repetí la acción de golpear con ambos talones. A lo cual la Camansa, obediente, volvió a girar hacia la izquierda. Y de repente me encontré a mí misma girando en círculos sobre el mismo punto, mientras mi amiga y mi madre avanzaban tranquilamente hacia el soto (yo no creo que no se dieran cuenta, lo que pasa es que a veces sospecho que mi madre se avegüenza de mí).

Opté por tranquilizarme, frenar a la yegua y recapacitar. Entonces pensé que podría sustituir la pierna derecha, que me colgaba por encima de la silla, por la fusta (en realidad es eso lo que suele hacerse, pero nadie me lo había explicado). Así que le di un fustazo a la Camansa, a ver si así avanzaba, pero debe de ser que me pasé de fuerza (no soy muy dada a la fusta), que la Camansa se encabrioló un par de veces; y según parece la silla no la había ajustado yo bien, que empezó a girar, lenta pero inexorablemente, hacia el flanco izquierdo de la yegua. Yo estaba bien agarrada, así que quedé colgando a un lado de la pobre Camansa, con la pierna derecha por encima de la corneta y la izquierda a saber dónde. Así la Camansa se calmó y con un ligero trotecillo alcanzó a mi madre y a mi amiga, que así que la vieron llegar, aparentemente desensillada y sin mí, primero se asustaron. Luego mi madre se asomó por el flanco izquierdo, donde andaba yo colgada, y puso esa cara que pone ella a veces de "no hay mayor desgracia que una hija tonta", y preguntó:

- "Hija, ¿qué haces?"

- "Jo mami, es que estaba mal sujeta la silla y me he resbalado"

E hice un puchero, que a veces funciona.

Bueno, ¿pues os queréis creer que mi madre se lo pensó largo y tendido antes de frenar a la yegua para que yo pudiese soltarme? Y luego ni siquiera me esperaron; siguieron adelante, mientras yo me quedaba ahí, tirada en el camino, con la Camansa pastando felizmente y una vaca que me miraba yo creo que como con lástima.

De veras que sospecho que mi madre se avergüenza de mí. Pero yo estoy dispuesta a demostrarle que estas cosas le pueden pasar a cualquiera. Pienso googlear la web hasta que encuentre el caso de gente más torpe que yo. No descansaré hasta entonces. ¡Nada me arrebatará el amor de mi madre!

5 comentarios

miss_ketchup -

Es que hasta tu madre es genial!!

Me ha encantado esta historia, es genial! Y el nombre de la Yegua!!

Besitos!

Superflicka -

Jajaja, CVALDA, menudo alegrón me has dado, ¡lo de tu amigo es mucho peor! Voy corriendo a contárselo a mi madre :D

Denise -

Que sepas que blogia acaba de comerse mi comentario... grrr.

Y decía que no te pasa sólo a tí, seguro que soy más torpe que tú cuando me subo a un caballo, de hecho me da miedo -aunque me encantan los caballos- porque siento que soy muy capaz de salir volando en el momento menos esperado.

Y... jiji... no sé, tu madre no sé si se avergüenza, pero algo tiene que divertirse!

Cvalda -

Pobre...no te preocupes, estoy segura de que hay gente mucho más torpe que tú, aunque no tengan blog o página web. No es un caso del todo parecido, pero en un campamento un compañero sacó los pies de los estribos y no podía meterlos de nuevo porque el caballo se puso nervioso, y saltó por una ventana (sin cristal) de una casa abandonada para luego reaparecer por la puerta...creo que no lo ha pasado nunca tan mal en su vida.

Me encanta montar a caballo, qué envidia me das (aunque te pasase lo que te pasó :P)

Placiplostilus -

Jajajajaaaaa
jajajaja
jaja
ja
jajajajajajajaa
jajaja
jajaaaaaa
jajaa
ja...
perdón, es que es como de película de risa xD